Las propiedades del vino respecto a la presencia de taninos son bien conocidas y objeto de investigaciones científicas ¿Sabías que el vino es utilizado en la cosmética desde la antigüedad? Las mujeres egipcias conocían sus propiedades emolientes y suavizantes, y hasta Cleopatra solía aplicarse sobre la piel un ungüento aceitoso de mosto de uva y alabastro. El vino también era conocido y apreciado como bebida saludable y terapéutica: los egipcios lo bebían como medicina contra el dolor y la tristeza.
En la antigua Roma, el mosto de uva desechado durante la vendimia se almacenaba para utilizarlo como cicatrizante, en cuanto potente antibacteriano, y como producto para el cuidado del cuerpo, por ejemplo como ungüento para masajes.
En tiempos más recientes, Lucrecia Borgia, una polémica figura del Renacimiento italiano, parecía ser consciente de las propiedades beneficiosas del vino y sus derivados. Lucrecia lo utilizaba en abundancia para cuidar de su belleza (además de preparar sus brebajes para sus desafortunados enemigos).
Aunque ninguno de estos personajes tenía idea de lo que eran los polifenoles ni de sus propiedades antioxidantes, ahora sabemos que estos secretos de belleza tienen una explicación científica, relacionada a las propiedades de la uva y a su contenido rico en taninos.
A finales del siglo XIX se estudiaron por primera vez de forma concreta las propiedades terapéuticas del vino gracias al encuentro entre Mathilde Cathiard, propietaria de varios viñedos de Chateaux Smith Haut-Lafitte, y Joseph Vercauteren, un investigador que estudiaba los polifenoles.
Fue así que nació la vinoterapia y el desarrollo de productos cosméticos a base de uva y mosto para aprovechar las propiedades antioxidantes y antienvejecimiento de la uva. Estas propiedades se deben a los taninos, polifenoles capaces de combatir los radicales libres, responsables del envejecimiento celular. Además, según la diferente concentración y calidad de las uvas, dan un sabor más o menos agrio, con más o menos cuerpo a un vino.
Al elegir un tratamiento cosmético a base de vino, se aprovechan las propiedades emolientes y antioxidantes del tanino. Las uvas, las semillas, las vides y todos los productos cosméticos derivados, son útiles para combatir las imperfecciones de la piel así como para mejorar la circulación sanguínea, la depuración del hígado o del intestino y para reducir el colesterol. Esto se debe a la presencia de polifenoles y flavonoides, especialmente taninos, y otros minerales importantes.
Muchos balnearios ofrecen tratamientos de vinoterapia adaptados a las necesidades individuales, pensados específicamente para relajar y cuidar la mente y el cuerpo, con efectos revitalizantes y energéticos. Los beneficios de los taninos del vino también se pueden aprovechar mediante masajes regeneradores o peelings suavizantes y emolientes.
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