El tanino también desempeñó un papel importante durante las dos Grandes Guerras: el cuero fue ampliamente utilizado por todos los ejércitos.

Las botas y las suelas de los soldados eran de cuero; los arneses, que utilizaban para llevar y guardar las armas de fuego, e incluso las correas de transmisión de los tanques eran realizadas en cuero.

Esto significaba que las piezas de repuesto tenían que estar disponibles siempre lo que hacía del tanino un elemento indispensable para la industria bélica.

Para asegurarse de no quedarse sin suministro de tanino, durante la Segunda Guerra Mundial el ejército estadounidense compró enormes cantidades de tanino y lo almacenó en diferentes lugares secretos en Francia.