El siglo XVIII vio nacer un nuevo método de estudio de la naturaleza, basado en un enfoque sistemático. Era la época de las enciclopedias, de una nueva relación entre el Hombre y la Naturaleza.

El estudio de la ciencia, en particular de la química, dio un salto considerable. En 1796, el erudito francés Armand Seguin publicó un tratado en el que utilizó por primera vez el término «tanino» para describir los extractos vegetales utilizados en los procesos de curtido (del verbo francés «tanner», «curtir»).

En la imagen de apertura, un grabado de finales del siglo XVIII muestra a Seguin en el taller con dos colaboradores muy especiales, además de sus amigos íntimos: los señores Lavoisier.